
PDF: INTERVENCIÓN CIERRE DEL ACTO DE RAFAEL JIMÉNEZ ASENSIO RJA-DEDÓMETRO 2024-DEFINITIVO
rafaeljimenezasensio.com/…/rja-dedometro-2024-definitivo.pdf
15 IDEAS FUERZA (RESUMEN DE LA INTERVENCIÓN)
1. Estas reflexiones críticas se formulan desde la periferia territorial, universitaria y profesional, con un contenido heterodoxo y, como también se dijo en el acto, desde una cierta irreverencia; tras llegar a la conclusión que solo estos mensajes cáusticos son los que pueden llegar tibiamente a los oídos de una sorda política
2. Mis únicas credenciales para exponer estas ideas radican en haber escrito bastantes entradas, artículos y algunos libros (que nadie lee) sobre la descarnada politización de las instituciones de control, de las Administraciones Públicas y de sus entidades del sector público en España
3. Aproximarse a la politización y falta de profesionalización de los cargos directivos del sector público se topa de lleno con la escasez de datos. De ahí la enorme importancia del Dedómetro 2024 que ratifica las intuiciones existentes. No obstante, analizar 40 entidades de la Administración del Estado es solo la punta del iceberg
4. En los niveles territoriales de gobierno (CCAA, gobiernos intermedios y entes locales) la situación de politización y baja profesionalización de cargos directivos es aún peor. Esa política depredadora de lo público está dinamitando 4 grandes ejes del Estado democrático: la profesionalización; la imparcialidad; la eficacia/eficiencia; y la integridad (antesala corrupción)
5. España es un país que históricamente ha vivido de espaldas a la cultura del mérito en las instituciones públicas. Lo explicó magistralmente Galdós con sus referencias al «comedero público»; y también Juan Valera, con sus reiteradas evocaciones a la política como reparto de «turrones» entre los amigos
6. La cultura clientelar forma parte de nuestra paradójica idiosincrasia como «país moderno». Lo decía Josep Pla en plena 2ª República: «En España no ha habido más que caciquismo». También nos alertaba de que no podemos prescindir de los políticos, aunque quisiéramos». Ahí está el nudo: son el problema y en ello está la solución. Paradoja irresoluble. Más cuando no quieren resolverla.
7. El caciquismo tradicional, con la irrupción del Estado de partidos, se transformó en un clientelismo partidista. Los partidos en España, a diferencia de otras democracias avanzadas, echaron mano de prácticas clientelares, transformándose en máquinas de reparto de turrón entre sus amigos políticos.
8. Cuando hay un cambio de gobierno o se debe configurar la composición de una entidad, los partidos acceden al poder con «hambre calagurritana», esto es, con un afán desmedido de canibalismo puro en el acceso de los cargos directivos o de responsablidad. Con ello garantizan su supervivencia y la de sus clientelas respectivas.
9. El sistema de provisión de cargos públicos y directivos en España se basa en la «confianza política», cuyas credenciales las reparte el gobierno de turno, el amo o «el puto amo», según convenga; premiando a los amigos y castigando a los díscolos, así como prescindiendo de quien no sea «parcial». Los independientes o tibios no cotizan. La confianza política se tiñe muchas veces de «confianza familiar» (¿en quién voy a confiar más que en mi hermano (primo, hijo, sobrino, marido, mujer, etc.?) o personal (¿quien mejor que mi amigo/a para confiar en él?). El nepotismo y el amiguismo son extensiones del clientelismo.
10. España es probablemente uno de los países de la UE con mayor número de personas que «viven de la política». Esa nómina multiplicada de políticos en activo exige atender innumerables necesidades existenciales y colocar o recolocar a sus fieles militantes. El problema no solo es de ámbito estatal, sino que se reproduce y multiplica en las CCAA y también en buena parte de los entes locales.
11. El problema es que no disponemos de datos integrados: la escasa transparencia existente está cuarteada por niveles de gobierno. No hay perspectiva de conjunto ni datos globales. Solo de cada nivel de gobierno (Estado, 17 CCAA, + de 8.000 entes locales. Todo ello produce una imagen del problema distorsionado, ensombrece los puntos negros y es un terreno abonado para la impunidad de la política clientelar. La opinión pública está en la sombra. No puede escrutar a sus gobiernos.
12. El estudio de Hay Derecho nos muestra con claridad meridiana que las entidades estatales la provisión de los cargos directivos está reñida, salvo excepciones puntuales (AIReF, BdeE, etc.), con la profesionalización y la imparcialidad. Tales cargos forman parte del botín del partido gubernamental que reparte turrones entre los suyos. No hay concurrencia competitiva ni acreditación de competencias.
13. Esto es también así en las Administraciones territoriales, algunas de ellas con una abultada nómina de altos cargos y cargos directivos del sector público (por no hablar de personal eventual). El número de cargos públicos de designación política se puede estimar en varias decenas de miles de puestos. Un enorme botín.
14. Sin embargo, faltan muchos estudios empíricos, no solo territoriales sino también globales. No tenemos aún más que percepciones (más o menos atinadas) de la magnitud del problema, que es muy serio. Nos hacen falta datos, muchos datos, y que sean difundidos urbi et orbi. Los profesores de Universidad tiene un reto aquí enorme y aún no asumido. Pero también los gobiernos, siendo más transparentes. Debe haber una institución que acumule y difunda esos datos globales.
15. Este modelo de hacer política en España, con puertas giratorias públicas por las que transitan los cargos públicos una y otra vez dando eternas vueltas sobre el mismo eje, sin disponer, salvo en muy raras ocasiones, de competencias acreditadas para su ejercicio, representa un pésimo diseño institucional con costes elevadísimos para los servicios públicos, la ciudadanía y la propia Administración. Así nada puede funcionar cabalmente.